
Rafael Gómez, junto a la única flor de la plantación que ha permanecido abierta durante las primeras horas del día.
Rafael Gómez, junto a la única flor de la plantación que ha permanecido abierta durante las primeras horas del día.
Rafael Gómez Torres es un agricultor inquieto que le gusta innovar. Cuenta con unas 7,5 hectáreas en el entorno de la carretera ‘La Ramira’ de Cartaya donde tiene plantaciones de arándano, frambuesa, caqui y granado. Hace unos tres años decidió probar con un cultivo nuevo: la pitahaya, una fruta tropical que se puede convertir en una alternativa a las producciones tradicionales en la provincia onubense.
Pitahayas de piel rosada y carne blanca que ha recolectado.
-¿Por qué se decidió por la pitahaya?
-Porque en el campo hay que ser polivalente. Hay que diversificar un poquito y buscar alternativas a la agricultura tradicional. Hace unos años probé con la grosella. Puse unas 500 plantas, pero fue inviable por la dificultad que me encontré para poder comercializar la producción.
-¿Cuántas plantas tiene de pitahaya y cuál es la producción anual?
-En la hectárea y media que comparto con mi hijo Rafael se pueden contabilizar unas 10.000 plantas de pitahaya. La producción anual pueden rondar los 30.000 kilos. Todo depende de los años que tenga la planta, porque tengo algunas que tienen unos tres años, las más viejas, que dan cinco floraciones al año. De cada planta se pueden recolectar un par de kilos de fruta.
Las dos pitahayas pesan cerca de un kilo y medio.
-¿Es complicado su cultivo?
-Depende del agricultor y del manejo que le dé, porque nos creemos que esta planta es un cactus, que no necesita agua ni nutrientes y eso es incierto. Como todas las plantas necesita agua y comida, porque prácticamente el 90% de la fruta es agua, y si en 26 días es capaz de producir un fruto que puede pesar entre 500 y 600 gramos es evidente que como toda fruta tropical requiere de humedad.
-Entonces, ¿dónde radica la peculariedad de este cultivo?
-En que tienes que estar muy pendiente de los periodos de floración. La flor que sale de la planta solo abre durante un periodo de 12 horas y casi siempre coincide este tiempo con la noche. En ese momento es cuando necesitamos una ayuda extra porque tenemos que polinizar de forma manual todas las flores que estén abiertas, ya que por estas latitudes no existen insectos que puedan realizar esta labor de forma eficaz, como así ocurre en los países de donde es originaria la pitahaya. Pero vamos, es un cultivo muy cómodo porque el terreno que tengo lo llevamos mi hijo y yo, en esos momentos puntuales nos ayudan dos personas más durante un par de días.
Cuenta con unas ocho variedades en la finca.
-¿Cuántas variedades distintas tienes en la finca?
-Unas ocho. Entre ellas, destacan la Jalicome, J01, J02, Undatus, Meglanthus, Tesoro, Costa Rica, Cruyred e Ibridum. Con este abanico de variedades puedo recolectar fruta con piel roja y amarilla, y con las pulpas rojas y blanca. La que tiene más salida es la de carne roja en el interior, por aquello de los carotenos, aunque en el mercado todas se venden igual, porque en definitiva todas tienen las mismas propiedades beneficiosas para la salud.
-¿Dónde comercializas la producción?
-Principalmente en el entorno de Cartaya, y en mercados y tiendas de la capital onubense.
-¿Es rentable este cultivo?
-Hasta ahora sí lo está siendo. El precio que la fruta ha mantenido este verano en los mercados ha oscilado entre los 5 y los 10 euros el kilo, y el agricultor se lleva un porcentaje muy alto de esta cantidad. Recolectar un kilo de frambuesa le cuesta al agricultor entre 1,50 y 1,60 euros, mientras que recoger la misma cantidad de pitahaya me supone un gasto de 20 céntimos. Ahí está la ganancia.
La inversión para cultivar una hectárea de pitahaya se sitúa entre los 60.000 y los 70.000 euros.
-¿A cuanto puede ascender la inversión inicial para poner en marcha una plantación de pitahaya?
-Puede rondar entre los 60.000 y los 70.000 euros la hectárea, incluyendo las plantas y toda la infraestructura que se necesita.
-¿Cómo ves el futuro de la pitahaya en Huelva?
-Sólo puedo decir que yo empecé con algunas plantas en un invernadero de 35 metros. Ahora tengo una hectárea y media, y mi objetivo a corto plazo es el de incrementar la plantación, sobre todo porque estoy probando variedades nuevas y una de ella tiene unas expectativas extraordinarias porque puede producir todo el año y tiene muchos grados Brix.
El agricultor cartayero cuenta con un pequeño vivero.
-¿Cuándo comenzó esta campaña y cuándo finalizará?
-Las primeras flores se abrieron el 4 de abril y tras la polinización comenzamos a recolectar fruta a finales de mayo y primeros de junio. La previsión es que sigamos recogieron pitahayas hasta diciembre. El año pasado corté las últimas frutas el día 10 de febrero. Es un periodo de producción que no coincide, por cierto, con los momentos álgidos de los frutos rojos, como la fresa, frambuesa y arándano.
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