
El sistema hidropónico se irá imponiendo en el sector fresero de Huelva en los próximos años, según la previsión del gerente de Sanjorge Suministros Agrícolas, Edesio Caamaño.
El sistema hidropónico se irá imponiendo en el sector fresero de Huelva en los próximos años, según la previsión del gerente de Sanjorge Suministros Agrícolas, Edesio Caamaño.
La innovación agrícola relacionada con el sector fresero en la provincia de Huelva ha estado centrada en los últimos años en obtener mejores variedades, en consolidar la producción integrada y en lograr un riego más eficiente. A partir de ahora, los avances que ya se están registrando en las plantaciones freseras onubenses están directamente dirigidos a facilitar la recolección de este exquisito fruto rojo para así así asegurar la mano de obra.
Uno de los sistemas de cultivo que se está imponiendo de una forma lenta pero progresiva en las parcelas agrícolas freseras es el hidropónico. Y así lo confirma Edesio Caamaño, gerente de Sanjorge Suministros Agrícolas, que en declaraciones a agrodiariohuelva.es asegura que en «entre cinco y ocho años se producirá una reconversión total del sector fresero hacia la hidroponía en Huelva».
Canales de hidroponía instalados por la empresa palerma en una finca fresera de Huelva.
Como reconoce el coopropietario de la empresa de Palos de la Frontera, la problemática de la falta de mano de obra en el campo, ahora agravada por el Covid-19, está propiciando que se acelere este proceso de este cambio en las plantaciones. «Los agricultores freseros que se interesan por este sistema ya no nos preguntan por los beneficios que aporta la hidroponía al cultivo de la fresa, sino por el atractivo que esta instalación concita a la hora de contratar temporeros para recolectar la fruta».
«Ya es evidente que nadie quiere trabajar agachado en el campo. Si pueden elegir, las cuadrillas no dudan en abandonar las plantaciones freseras y trasladarse a otras fincas próximas donde puedan trabajar más cómodos recolectando arándanos, frambuesas y moras», recalca.
No obstante, otro factor determinante que está facilitando esta reconversión en el sector es el económico, sobre todo porque se están reduciendo los costes. «En Huelva llevábamos parados unos años con la hidroponía porque la inversión que tenía que realizar el productor era muy elevada. Desde que comenzamos a montar el sistema hidropónico teníamos un acuerdo con una empresa holandesa que era la que fabricaba el canal que se utilizaba en las plantaciones y la que se encargaba de montarlo y ensamblarlo en las fincas. Desplazar desde Holanda a Huelva la máquina que unía los canales no era barato, ya que el presupuesto por poner una hectárea, que era la superficie menor que se podía aceptar, no era inferior a los 60.000 euros», añade Edesio Caamaño.
Máquina construida por Sanjorge que fabrica el canal hidropónico específico in situ y de las dimensiones que se ajusten a las parcelas.
Para contrarrestar este alto coste, Sanjorge Suministros Agrícolas tomó la decisión en 2019 de romper con la relación con la empresa holandesa y de acometer una inversión de unos 600.000 euros para la construcción de una máquina propia que generara el canal hidropónico específico para el cultivo de fresas. «Nosotros hemos puesto de nuestra parte y ya contamos con la máquina, cien por cien onubense, que nos permite poner desde cinco túneles a los que se precise. Ahora, el productor que quiera poner media hectárea para probar, lo puede hacer, porque el presupuesto para una hectárea ronda los 45.000 euros con todo montado y listo para iniciar el cultivo. Así, con la decisión que adoptamos en 2019, aseguramos que el sector fresero no caiga por la mano de obra y que los agricultores puedan ir acostumbrándose a utilizar este sistema de cultivo».
SanJorge Suministros Agrícolas, que venía instalando cada campaña una media de unas 10 hectáreas de canales hidropónicos desde que formalizó en 2006 el acuerdo con la empresa holandesa, consiguió cubrir en 2020, con la puesta en marcha de la nueva máquina, una superficie de unas 50 hectáreas. «Y esto no va a parar, porque el productor que quiera poner nuevas plantaciones de fresas deberá tener en cuenta las dificultades que tiene el sector para asegurar la mano de obra a lo largo de la campaña».
La empresa palerma, que ha facturado en 2020 algo menos de los 15 millones de euros consignados en 2018 y 2019 por la incidencia del coronavirus, mantiene abierta tres líneas principales de negocios: suministros agrícolas, instalaciones agrícolas e invernaderos. También desarrolla algunos proyectos relacionados con la energía fotovoltáica.
Las previsiones es que la reconversión del sector fresero onubense al sistema hidropónico se produzca en menos de diez años.
Prácticamente el 70% de los proyectos que acomete la empresa Sanjorge está relacionado con los frutos rojos, aunque también han instalado macrotúneles tradicionales para otro tipo de plantaciones como las de espárragos y de granados, que se cubren con mallas para evitar que el sol deteriore la fruta. El 40% del total de esos proyectos se ha desarrollado a nivel internacional, sobre todo en Portugal y Marruecos, aunque los suministros y las estructuras agrícolas de la empresa onubense han llegado también a México, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Túnez, Argelia, Egipto, Mozambique, Reino Unido, Francia, Polonia, Rumanía, China y Rusia.
Según las estimaciones del gerente de Sanjorge, Edesio Caamaño, la superficie media que se suelen cubrir con los macrotúneles tradicionales cada campaña suele rondar las 500 hectáreas.
Por lo que respecta a las últimas innovaciones introducidas en los invernaderos para las fresas, que Edesio Caamaño cataloga como»low cost, porque tienen una amortización muy rápida», añade que «hemos metido el tubo ovalado, que al ser más resistente nos permite ampliar el macrotúnel hasta los 8 metros, lo que posibilita siete líneas de cultivo, con lo que que se aumenta la producción al poderse poner más plantas. Con esta novedad, lo que pretendemos es que el agricultor cambie el concepto de gramos por planta por el de toneladas por hectárea. Porque el objetivo, en definitiva, es sacarle más rendimiento a una hectárea».
Lo que se pretende «al instalar el tubo ovalado es que el agricultor no gaste dinero en montar y desmontar el invernadero. El futuro es no tocarlo para nada y dejar la estructura fija, porque cuanto menos se toque el material más aumentará su valor y más beneficios se obtiene. Lo único que sí es necesario es comprar maquinaria agrícola adaptada a esas dimensiones», precisa el gerente de Sanjorge.
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