El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha asegurado que España es un actor clave en la autonomía alimentaria de la Unión Europea y en el comercio mundial de alimentos. Planas ha puesto en valor la fortaleza de la industria alimentaria española, con una potente vocación exportadora, que sitúa ya al país -una de las grandes potencias en el suministro de alimentos- como el séptimo mayor exportador mundial agroalimentario.

En la inauguración de la IX edición de Food & Drink Summit, organizada por la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), el ministro ha puesto de manifiesto el vigor del sector agroalimentario español, que ha sabido resistir a las dificultades como la Covid-19 o el conflicto en Ucrania, así como ganarse la confianza de los mercados. Muestra de ello es la evolución positiva de las exportaciones agroalimentarias en los últimos años.

En el año móvil hasta marzo de 2022, las exportaciones agroalimentarias han alcanzado un nuero récord, con 61.282 millones de euros, un 11,2 % más que en marzo de 2021, con un saldo positivo de más de 17.000 millones. Estos datos suponen el 18,4 % del conjunto del comercio exterior español.

En los momentos actuales, el ministro considera especialmente relevante mantener activa la participación en los mercados internacionales para evitar una crisis alimentaria. Para paliar los efectos que está teniendo la guerra de Ucrania, el ministro entiende que es imprescindible trabajar para mantener abiertos los mercados agrícolas y evitar medidas restrictivas injustificadas, como prohibiciones de exportación de alimentos o fertilizantes, que aumentan la volatilidad de los precios y amenazan la seguridad alimentaria y la nutrición a escala mundial.

“Es importante mantener la calma, ser prudente, evitar especulaciones y ofrecer garantías de estabilidad a los mercados, así como confianza a nuestros ciudadanos”, ha remarcado.

De igual forma, ha asegurado que la política comercial de la Unión Europea a través de acuerdos comerciales con terceros países resulta determinante. España apuesta por el multilateralismo en el comercio internacional, “basado en reglas, abierto, transparente y con acuerdos comerciales estables”. Ha puesto en valor el “éxito” del acuerdo con Canadá. No obstante, para garantizar una competencia leal, España ha instado a la Comisión Europea a que se incluya el principio de reciprocidad en los acuerdos comerciales con terceros países y la aplicación de las llamadas “cláusulas espejo”, defendidas por Francia y España, para sincronizar los estándares de producción de las importaciones a los de la Unión Europea.

Inyección de ayudas públicas sin precedentes desde 1986

Luis Planas ha remarcado el apoyo de las instituciones públicas, con una “constelación de ayudas sin precedentes desde 1986, que supone una gran oportunidad para dar un salto adelante hacia el modelo de futuro de nuestro sistema agroalimentario”.

Ha destacado la importancia de PERTE Agroalimentario, dotado con 1.800 millones de euros, que va a constituir una gran ocasión para modernizar las industrias agroalimentarias. El fortalecimiento industrial del sector agroalimentario para mejorar la competitividad, sostenibilidad y trazabilidad; la transformación y adaptación digital; así como el impulso de la innovación y la investigación son sus ejes claves para contribuir a lograr un sector agroalimentario competitivo en todos los eslabones, que siga creciendo de una manera sostenible.

El PERTE Agroalimentario, junto a las políticas agrarias y pesqueras, el Plan de Recuperación y las medidas extraordinarias aprobadas por el Gobierno, conforman un “escenario único en materia de disponibilidad de inversión pública procedente de fondos europeos que hay que saber aprovechar”, ha asegurado. Planas ha animado a las pequeñas y medianas empresas a que presenten proyectos destinados a mejorar su competitividad, sostenibilidad y trazabilidad.

El ministro ha resaltado las ayudas del Gobierno, recogidas en el plan de choque para hacer frente al incremento de los costes de las materias primas y la energía agravadas por la invasión rusa de Ucrania  –“ahora en revisión”- que suponen un apoyo importante para el sector agroalimentario, porque es estratégico para la economía española y será motor de la recuperación.