Asaja-Huelva mantuvo ayer un encuentro en Aracena con un nutrido grupo de ganaderos de la provincia con el fin de lanzar propuestas e ideas destinadas a ser compartidas y debatidas en la reunión que se celebrará mañana 20 de julio en Zafra; una reunión que tiene como objetivo consensuar las exigencias del sector de cara a modificar la Norma de Calidad del Ibérico.

Tras esta reunión y como profunda conocedora de la realidad que atraviesa el sector del ibérico en estos momentos, Asaja-Huelva manifestó su postura de apoyo a los productores y su intención de llegar hasta las instancias que sean precisas para que se clarifique de una vez por todas todo lo concerniente a la cría del porcino ibérico extensivo con el fin de evitar la confusión del consumidor y el perjuicio de los productores frente a otras opciones.

De este modo, se debe redactar un documento genérico firmado por todos los ganaderos de porcino ibérico del suroeste español en el que se haga constar el malestar existente con la aplicación y el contenido de muchos aspectos de la actual Norma de Calidad y exigir que se tenga en cuenta la opinión de este sector, que es fundamental para la supervivencia de la raza ibérica y de sus productos derivados.

También es fundamental que se distinga claramente en la Norma las producciones extensivas de las intensivas. No se entiende cómo es posible, a estas alturas, que se siga utilizando la imagen del cerdo ibérico puro en la dehesa para identificar animales cruzados que nunca han pisado este ecosistema y que ni siquiera han visto el sol. Se estima que el 75% de los productos etiquetados como Ibéricos no lo son, lo que es un fraude al consumidor.

Por otro lado, los ganaderos se quejan de la intervención de ASICI (la Interprofesional del Cerdo Ibérico) a la hora de realizar inspecciones para las que no tiene potestad, por lo que los ganaderos exigen al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que se manifieste al respecto.

Eliminar la palabra ‘campo’

A la reunión de mañana en Zafra, los ganaderos onubenses, con el total apoyo de Asaja-Huelva, llevarán una serie de propuestas entre las que destaca la eliminación de la palabra “campo” cuando se haga referencia a producciones intensivas. Tanto en el proceso certificación, como en el de comercialización deben quedar claramente identificados los animales procedentes de las producciones intensivas; que el consumidor sepa qué es lo que está comprando. El cebo campo debería producirse en zonas de dehesa con Superficie Arbolada Cubierta (SAC) y con Registro de Explotaciones Ganaderas de Extensivo.

Además, el peso mínimo de entrada en la montanera no debe estar limitado, sino que debe estipularse acorde a la raza y a la edad del animal. El límite para el sacrificio debe ser la reposición obligatoria que exige la normativa.

Para la producción de cerdos de bellota, se debe estudiar un sistema que permita asignar a cada explotación un cupo fijo, según SAC e histórico de producciones, estudiando para ello, si procede, las modificaciones oportunas en las normativas de regulación.

En el caso de producciones de bellota que no alcancen los parámetros, los ganaderos consideran que se debe introducir una nueva categoría, por ejemplo, “campo”, para evitar que pasen directamente a la de “cebo campo”.

Agilizar la tramitación de la calificación

También piden los ganaderos la agilización de los trámites de calificación con Aeceriber. Cualquier notificación al ganadero debe realizarse de manera fehaciente y todas las variaciones tienen que ser notificadas al ganadero.

En la reunión de ayer quedó patente además la duplicidad de trabajo burocrático que supone la aplicación informática ITACA. Los datos que se van recogiendo son finalmente también recopilados y gestionados por las entidades de inspección, por lo que se está realizando un doble trabajo administrativo que no beneficia a nadie, ni aporta más control al sistema.

Por último, los ganaderos onubenses expondrán otras condiciones que consideran primordiales como la de solicitar un periodo hábil de sacrificio en matadero de entre 90 y 100 días, permitir a las entidades la certificación del Duroc sin necesidad de Libro Genealógico y mantener un control más exhaustivo del etiquetado final y del procesado de los productos.