Casi 500 personas, entre agricultores y empresarios dedicados a las frutas tropicales, llenaron el Centro de Convenciones de Ifema con motivo del Congreso del Aguacate celebrado ayer, en la jornada previa a la inauguración de Fruit Attraction 2024.

Convocados por la World Avocado Organisation (WAO), durante el encuentro se analizó la difícil coyuntura para este cultivo derivada de la sequía; la complicada logística marítima y las importaciones; el papel de la propia WAO y sus acciones para incentivar el consumo así como las tendencias del retail y oportunidades de crecimiento de esta fruta en Europa. Y llegado el momento de abordar el futuro, las variedades y portainjertos más prometedoras, subió al estrado el supuesto director de Innovación de Eurosemillas, Miguel de Lucas. Pronto se descubrió el ‘engaño’: quien había tomado la palabra había sido el popular ilusionista del mismo nombre, que amenizó al auditorio con un par de trucos poniendo en valor los principales atributos de la nueva variedad Luna. Acto seguido, armado precisamente con una varita del mago que no es, Javier Cano, el verdadero director de Green Motion Avocados, trasladó ese mismo ‘halo mágico’ al mundo de la I+D agraria. Cano avanzó que este aguacate “nos hará salir de nuestra zona de confort de Hass”.

El comercio mundial de aguacate alcanzó un nuevo récord en la temporada pasada. Los resultados de la 2023/24 no fueron anómalos, fue la decimocuarta campaña consecutiva en la que se produjo un crecimiento del mercado internacional. A nivel nacional la situación no es distinta: si en 2017 España exportó casi 108.000 t. de aguacates, en 2022 llegó a las 150.000 t. y en 2023 sólo la sequía pudo rebajar tal cifra a unas 140.000 t. El volumen de negocio del sector exterior nacional, por su parte, creció en ese mismo periodo (de 2017 a 2023) en torno a un 33%. Fueron algunos de los elocuentes datos que se dieron en el transcurso del congreso que, por el contrario, también incidió en otros factores negativos para el desarrollo del cultivo: la ausencia de lluvias, la reducción de tierras cultivables por tal motivo y la ‘mala prensa’ -las más de las veces infundada- sobre la pretendida falta de sostenibilidad de este cultivo por su excesiva huella hídrica.

Cano atribuyó buena parte de este éxito al descubrimiento en 1936 por parte de Rudolph Hass de la variedad a la que dio nombre y que era fruto del cruce entre una planta de origen mexicano y otra guatemalteca. “Desde entonces, todos hemos soñado en sacar un aguacate mejor o igual que Hass”, dijo el también ejecutivo de Eurosemillas. Luna -que da frutos idénticos a los de esta variedad- “nos sacará de esa zona de confort” y “permitirá al sector seguir creciendo” a partir de nuevos conceptos disruptivos, vino a explicar. Cano se refería así al tradicional papel que, hasta el momento, se ha dado a las variedades que son de flor tipo B (como Bacon, Fuerte o Zutano), cuyos frutos tienen un valor residual y que son utilizadas solo como polinizadores de la principal, normalmente Hass, para aumentar su producción. “Con Luna podrían invertirse los papeles: es la primera de flor tipo B que es variedad principal y ser polinizada por otras de tipo A -como el propio Hass, Lamb Hass, Gem o Pinkerton- para aumentar la rentabilidad del conjunto de la explotación”, dijo. Es, de hecho, lo que está ocurriendo en muchas de las primeras plantaciones españolas y californianas de Luna, donde esta variedad acapara un porcentaje mayoritario sobre el conjunto de árboles de la explotación.

La variedad patentada por la Universidad de California Riverside fue presentada al detalle en la pasada edición de Fruit Attraction por la propia investigadora que la obtuvo, Mary Lu Arpaia. Cano repitió los principales rasgos ya avanzados por ella entonces que permitirían a este aguacate de flor tipo B tener ese papel protagonista: “Tiene un árbol pequeño, muy erguido -por cada uno de Hass podrían caber más de dos de Luna-; mantiene la fruta dentro de la copa bien protegida; es muy precoz a la hora de entrar en producción; presenta una exagerada producción de polen y su fruta -que es indistinguible con respecto a la de Hass y se paga igual- cuelga en árbol durante más de 5 meses”, resumió.

“Luna es una herramienta más para avanzar hacia un modelo más sostenible, con más fruta por hectárea y menos consumo de agua por kilo y menos costes de mano de obra en poda y cosecha pero es solo la punta del iceberg del mayor esfuerzo de investigación de los últimos 50 años”, explicó para referirse al programa que él dirige. Se trata de una nueva generación de aguacates que saldrán al mercado en los próximos años: dos de ellos servirán para ampliar otros dos meses el periodo de recolección y el tercero -dado su espectacular sabor- podría comercializarse como variedad gourmet. Junto a ello, Green Motion Avocados tiene en cartera también 5 patrones que permitirán lograr el objetivo buscado de ampliar las zonas aptas de producción: portainjertos enanizantes y/o que son resistentes al principal problema agronómico de este cultivo –la Phytophthora- así como a condiciones de salinidad, sequía o altas temperaturas.