
Cerdos ibéricos, en las dehesas de la Sierra de Huelva.
Cerdos ibéricos, en las dehesas de la Sierra de Huelva.
La Fundación Savia defiende la salida del cerdo ibérico puro de bellota de la Norma de Calidad porque tanto las explotaciones pequeñas y tradicionales que se dedican a la producción de uno de los productos más emblemáticos de la Marca España como las dehesas, donde se cría esta raza específica, “no tienen nada que ganar y sí mucho que perder” y, sobre todo, «porque esta normativa no reconoce sus elementos y valía diferencial».
El presidente de la Fundación Savia, Francisco Casero, en cartas enviadas al ministro de Agricultura, Luis Planas, y a la consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, señala que “estamos siguiendo con atención y preocupación las evoluciones del sector del cerdo ibérico” por lo que “necesitamos hacer una defensa férrea del sector, de los ganaderos y de las buenas prácticas, expulsando del sistema a aquellos agentes y variables que lo distorsionan y que puedan estar cometiendo abusos”.
Por ello, Casero aboga “por un nuevo marco de actuación para el binomio cerdo ibérico-dehesa dentro de una ley nacional de la dehesa que reconozca su identidad propia y sirva para revalorizar todas sus producciones y su comercialización, amparada por la marca dehesa como símbolo de prestigio y diferenciación, resaltando el extraordinario papel que juega como productora de bienes públicos para toda la sociedad, que indudablemente va a servir para potenciar la Marca España en un contexto de economía verde”.
Tras recordar que durante la gestación y desarrollo de la actual Norma de Calidad del Cerdo Ibérico (R.D. 4/2014), en los que quedó manifiesta su oposición a que en la misma apareciese incluido el Cerdo Ibérico Puro producido en la dehesa, el presidente de Savia vuelve de nuevo a solicitar a la Administración (tras siete años de continua reivindicación), “que permita salir a este emblemático animal (patrimonio de nacional) de un lugar que no le corresponde, por su centenaria historia: social, cultural y medioambiental”.
Esta reiterativa demanda para su exclusión de la Norma de Calidad lo fundamenta Casero en los siguientes hechos:
“1º.- Porque una misma Norma de Calidad, desde la lógica, no puede amparar a dos sistemas de producción tan distintos y diferentes (intensivo y extensivo) desde el punto de vista de su manejo y alimentación, bienestar de los animales y poder de contaminación.
2º.- Porque el Cerdo Ibérico Puro, modelado genéticamente durante siglos en la dehesa, del que procede el tradicional jamón ibérico de bellota, santo y seña de la gastronomía española (patrimonio nacional), que nos ha dado fama y prestigio en todo el mundo, tiene que ser específica y especialmente protegido, atendiendo a su origen genético (Ibérico), al ecosistema en el que se produce (Dehesa) y a la extraordinaria función social y ambiental que desarrolla para toda la sociedad (Productor Bienes Públicos). Esta protección oficial tiene que verse reflejada con una Norma propia de Calidad, diferenciada, que refleje claramente su singularidad y especificidad, para que, no pueda ser copiado ni replicado fuera de la Península Ibérica, algo que sí está ocurriendo ya con el Cerdo Ibérico Cruzado de Pienso en otras partes del mundo.
3º.- Porque el cerdo ibérico y la dehesa constituyen un binomio inseparable, en el que se salvan o desaparecen los dos juntos, ya que tienen demostrada una fortaleza inquebrantable, constituyendo el fundamento básico en una centenaria historia de sostenibilidad, aprovechando racionalmente los recursos naturales presentes en los suelos más pobres y vulnerables existentes en las zonas desfavorecidas y territorios especialmente despoblados de la geografía española.
4º.- Porque finalmente a esta Norma se oponen los productores ganaderos genuinamente tradicionales, que solo producen ibérico puro de bellota, y los científicos e investigadores que trabajan en este campo saben que es prácticamente imposible salvar a este paradigmático binomio de los vaivenes y avatares comerciales a los que actualmente está sometida esta irreconducible Norma de Calidad”.
En este sentido, Francisco Casero le recuerda al ministro Planas la experiencia del camino andado con esta normativa y los resultados obtenidos hasta ahora:
“La 1ª Norma de Calidad reconoce como ibérico a los animales cruzados con Duroc (50%) y permite su alimentación con pienso en instalaciones industriales.
La 2ª Norma de Calidad amplía el ámbito de su aplicación a la carne fresca procedente del despiece de las canales del ‘Ibérico’ (50%) de la anterior Norma, y llama ‘Ibérico de Campo’ a estos mismos animales cuando pasan los últimos 60 días, antes del sacrificio, comiendo pienso, en una parcela de 15 cerdos/hectárea.
Y la 3ª Norma de Calidad (la actual) en la que se permite llamar ‘Ibérico de cebo de campo’ a los mismos animales cruzados, alimentados durante toda su vida a base de pienso, pero que van a estar los últimos dos meses de su vida en una parcela o corral a razón de 100 animales por hectárea, con los resultados poco edificantes que se están viendo muy frecuentemente en los medios de comunicación, y que puede significar la desaparición total del suelo de la dehesa en la que se encuentran, la Fundación Savia defiende una vez más la salida del cerdo ibérico puro de bellota de esta Norma de Calidad en la que “no tiene nada que ganar y sí mucho que perder”.
Por todo lo expuesto anteriormente, la Fundación Savia defiende una vez más la salida del cerdo ibérico puro de bellota de esta Norma de Calidad en la que “no tiene nada que ganar y sí mucho que perder”. Francisco Casero concluye la carta solicitándole al ministro de Agricultura, Luis Planas, mantener una reunión específica sobre este asunto “dada su enorme relevancia para nuestro territorio y nuestra ganadería”.