La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Andalucía denuncian que, desde la instauración del estado de alarma, se ha originado una situación insostenible en las explotaciones ganaderas de ovino y caprino. El panorama para el sector ganadero se ha complicado mucho debido, principalmente, al cierre de restaurantes y establecimientos hoteleros, principal vía por la que se comercializa y consume la producción de este sector.

La verdadera situación en las explotaciones de ovino, viene agravándose por días, encontrándose en un estado límite, señala la organización que, afirma que, «el precio del cordero a pie de explotación ha caído más de un 50%. Esta crisis ha pillado a las parideras de inicio de año, en plena fecha de comercialización. En la actualidad las explotaciones están repletas de corderos listos para su salida, que tienen que seguir siendo alimentados, con lo que continúa su desarrollo, y aumenta el gasto en alimentación. Al sobrepasar el tiempo de engorde, exceden el tamaño y peso ideales, entrando en un punto de no retorno, en el que el producto ya no se vende porque no está en sus condiciones óptimas de consumo».

En resumidas cuentas añade que «si antes de que estallara esta crisis sanitaria, ya se vendía en origen por debajo de los costes de producción, el hecho de no poder dar salida a la producción, aumentando los costes para continuar alimentando al ganado, hace que, simple y llanamente, las explotaciones se encuentren en una situación calamitosa, con una pérdida total de rentabilidad y abocadas a la ruina total».

Ya han transcurrido más de diez días, desde que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publicara una nota, anunciando el inicio de la tramitación de un real decreto por la vía de urgencia, de ayudas directas para los ganaderos de ovino y caprino. Se trataría de ayudas enfocadas al envío de los animales directos a matadero, en lugar de tener en cuenta el censo medio de cabaña, o la comercialización de un periodo concreto de referencia, máxime cuando hablamos de un sector que depende de los cebaderos y cooperativas para su comercialización.

Desde UPA Andalucía plantean que las ayudas deben ir dirigidas a los ganaderos, que son los que realmente lo están pasando mal. Además, se debe quitar la limitación de 70 cabezas, por ser ésta una cantidad irrisoria; además, las condiciones que se han de cumplir para cobrarlas no son reales, puesto que no se están llevando corderos ni cabritos a matadero.

No mejor se encuentran las explotaciones de caprino para carne o leche. Las cooperativas para leche están pidiendo desde hace días a los ganaderos que reduzcan las producciones todo lo que les sea posible. Actualmente, y desde el inicio de esta situación, el precio de la leche ha caído en torno al 30%, mientras que las cooperativas ya avisan de que la liquidación correspondiente a abril, vendrá con un 40% menos, tomando como referencia los 80 céntimos por litro de leche de inicio de año. Por si esto no fuera ya suficiente, los ganaderos temen un escenario aún peor, y no muy lejano, en el que, directamente, les digan que no les retiran la producción láctea.

Actualmente, la comercialización del cabrito, «sencillamente no existe. Este producto está exclusivamente destinado a los establecimientos de restauración, sin actividad alguna desde mediados del pasado mes de marzo al decretarse el estado de alarma. Por tanto, los ganaderos se encuentran sin poder dar salida a su medio de subsistencia».

Existe una situación dramática en el sector ganadero, única y sin precedentes; con un calendario de comercialización nada halagüeño, y con unas perspectivas de auténtico pánico a la hora de gestionar la recría ganadera y destinarla a su salida al mercado. Ahora más que nunca, desde UPA Andalucía reclaman a la Junta de Andalucía y al Estado que tengan en cuenta las complicadas circunstancias del sector ganadero, sus necesidades y peticiones reales, y que pongan en marchas medidas y ayudas que puedan contribuir de una manera efectiva a paliar los duros efectos de esta crisis.